Hace unos días terminé el curioso y sorprendete libro titulado "Erik Satie - Cuadernos de un mamifero". Un peculiar músico que cambio las tradicionales indicaciones de carácter de una partitura (si hay que tocar fuerte o rápido por ejemplo), por algo, cuanto menos, desconcertante:
- Como un ruiseñor con dolor de muelas
- Brutal
- Con un profundo olvido del presente
- La mano sobre la cabeza de su alma
- Lleno de sutilidad, hágame caso
- Más pesado todavía, si es posible
- Moderado y muy aburrido
- Retire la mano y métasela en el bolsillo
-Sin ruido, vuelva a hacerme caso
Toda la vida de Satie está cargada de ironias y sarcasmos. Por ejemplo, sobre su nacimiento comenta: "nací muy joven en un tiempo muy viejo".
Cuando compone las tres Gymnopédies (Gimnopedias), una de sus obras más conocidas, comenta: "Nada resulta excesivo para recomendar al auditorio musical esta obra, esencialmente artística, que ha sido acertadamente considerada una de las más bellas del siglo que ha visto nacer a este desgraciado gentilhombre."
Pero lo que más gracia me ha hecho ha sido el cartel que colgó en su habitación tras romper su relación con Suzanne Valadon: "El lunes 16 del mes de enero de 1893, mi amiga Suzanne Valadon vino por primera vez en su vida a este lugar, y lo hizo por última vez el sábado 17 de junio del mismo año".
Y es que Satie era un músico raro, hasta tal punto que compone una obra (Vejaciones) que se repite 840 veces, que no sería interpretada hasta 1963 por John Cage (¿alguien se atreve a esucharla?).
Cuando muere, en su cuarto de Arcueil, en el que no había entrado nunca nadie, se descubrieron dos pianos con los pedales atados, en cuyo interior se encontraban manuscritos de sus textos y obras. Jamás los había mostrado a nadie. Unos cuadernos con títulos tan sugerentes como:
- Memoria de un amnésico
- Capítulos quepueden girarse hacie cualquier lado
- Pecadillos inoportunos
- Cosas vistas a derecha e izquierda (sin gafas)
- Música de mobiliario (una música de consumo para no ser escuchada)
- Tres piezas en forma de pera
2 comentarios:
El día menos pensado te conviertes en crítico literario.
Gimnopedias la escuchè en un comercial, acabo de leer algo de Eric Satie, y que maestro tan loco, me sorprende lo que hizo por su pasion.
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