Pues ya se terminaron las vacaciones madrileñas. Al final, y por culpa de la metereología, no se pudieron cumplir todas las espectativas, pero, como casi siempre ocurre en estos casos, hice cosas que no tenía planeado. Y es que a quien se le diga que entre mi hermana y yo hicimos un puzzle de mil piezas en tres días no se lo cree (la culpa es de la lluvia y de los toros del canal Castilla la Mancha Tv).
Pero bueno, tormentas aparte, lo pasamos muy bien, aunque Rama me ganase al billar, mi padre nos arruinase en el monopoly, Pelos se pusiese morado de cáscaras de melón y la Mary se comiese la tarta de manzana de Cadalso (ver foto demostrativa).
Ahora ya de nuevo en casita y en fiestas, aprovechando lo poco que queda de vacaciones (¿porqué duran tan poco?). Saludetes.
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