Hace unos dias me di una vueltecilla por los madriles para ver a la familia. Y unos de esos días que te da por mirar por tu antigua ventana te fijas en que nuestra querida Mery ha puesto unos girasoles en el contador del gas (Mery, nunca dejarás de soprendernos). En estos momentos te estarás preguntando ¿y quien es Mery?. Tranquilos. Todo a su tiempo.
Mery es una vecina que vive en el portal de al lado de mi ex-casa y que se caracteriza por estar como una regadera (veáse la foto demostrativa). Pero aún hay más. De pequeños, y mientras jugábamos nuestra finales de futbol en el soportal, nos bajaba crispis de Kellogs para merendar en una bolsa. O nos llamaba por el patio a grito pelao para tirarnos caramelos de la tos desde su ventana (de esos que te dan en la farmacia cuando estás enfermo). O llamaba al hijo del conserje para que le fuese a comprar una barra de pan (en plan criado).
Pero es que Mery es así. Tan pronto se para contigo por la calle a hacerte la pelota en plan que majo eres, como que se asoma por el patio a gritar: "que guarras sois todas que teneis la casa llena de mierda". ¿Habéis visto a alguien limpiar su casa a las 3 de la mañana y poner la radio a todo trapo con la tertulia de Luis del Olmo para que la oiga todo el barrio?. Yo si. A Mery.
Ahora, por aquí en mi nueva casa no tengo una Mery que me alegre los días, aunque hay alguna que otra aprendiz que va siguiendo sus pasos.
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